L.S.D.V. PRESENTACION

Partimos exhaustos al final de la última gran guerra de la cronología natar, el trabajo realizado había sido duro e intenso y muchos compañeros perecieron en él. Nosotros conseguimos sobrevivir en medio de mares de sangre, cuerpos destrozados y gritos de mujeres desgarradas... Necesitábamos descansar.

Después de varios días de camino encontramos una aldea abandonada y semi derruida que nos pareció un paraíso en el q pasar una temporada para lamernos las heridas de nuestras almas. El trabajo inicial fue duro, había que convertir aquel desastre, aquel rastro de destrucción en un hogar en el que sentar las bases de nuestras familias de nuevo... trabajamos de sol a sol, sin descanso, en las granjas q rodeaban a los habitáculos hoy destruidos que reflejaban, pese a estar en ruinas, que habían pertenecido a un gran imperio hoy ya desaparecido bajo la mano de hombres o natares... poco a poco fuimos devolviendo aquel lugar a la vida, una vida q se nos antojaba en paz...

Una noche, tarde, cuando la luna empezaba a descender de su trono, aparecieron unos intrusos que, sin mediar palabras, entraron en nuestra aldea intentando llevarse parte de nuestra producción... nuestro sueño se rompió y vimos, atónitos, como la guerra parecía haber regresado a nuestras vidas, sin avisar, sin que nos hubiéramos preparado para ello... No estábamos solos en la inmensa planície como creíamos... pero el viento nos traía noticias de prontos ataques a nuestras casas y aldeas.

Ya de mañana empezamos a levantar una muralla q protegiera nuestras hoy violadas pertenencias, hicimos unos almacenes secretos en los que escondimos gran parte de nuestras producciones. Cuando eso estuvo hecho, reunimos al consejo de la aldea y deliberamos sobre aquello. Sólo teníamos una opción: volver a las armas e intentar parar las masacres q, sin duda, nos atormentarían cada noche. Éramos guerreros y la sed de sangre volvía a correr por nuestras venas.

Nos pusimos manos a la obra, construimos un cuartel para que nuestros futuros soldados pudieran entrenarse y les empezamos a facilitar todo lo que en nuestras manos estaba para que nos defendiéran como es debido.
Algunos de nosotros cojieron zurrones con comida y marcharon a visitar las tierras q nos rodeaban, algunos iban a pie, a otros pudimos dotarlos de caballos para intentar que se acercaran a los confines más alejados de nuestra nueva tierra... el resto nos quedamos en la aldea cuidando de mujeres, niños y ancianos y de las granjas q aquellos guerreros habían querido robarnos.

Al cabo de poco tiempo regresaron algunos de ellos con noticias sobre aldeas vecinas que se encontraban en la misma situación que nosotros, traían noticias de pactos y hermandades que, nuevamente, nos encaminaban hacia la creación de un pequeño pero fuerte imperio en el que nadie es más q nadie y todos nos ayudamos a parar los saqueos de los guerreros nocturnos... Los exploradores nos contaban las nuevas de dichas aldeas y descubrimos que todos habíamos llegado allí al finalizar las últimas grandes guerras que habían asolado nuestro mundo...

Éramos guerreros que volvían a sus tareas para defender nuevamente sus posesiones frente a enemigos oscuros, encontramos gente de todo tipo, guerreros de la Tierra, antiguos habitantes del imperio Vanir, antiguos señores de Ragnarok e incluso guerreros Sin Nombre dispuestos a formar el mayor imperio nunca conocido para luchar contra la oscuridad...

Aquella era una planície en la q únicamente se escuchaba el viento y el viento era el que traía las buenas y malas nuevas sobre lo que por aquellas tierras acontecía... y a él dedicamos nuestra vida y nuestras armas... Bajo su protección nos sentíamos fuertes, poderosos... el viento nos ayudaba a llegar, tapaba el rechinar de nuestros caballos con sus sonidos y nos convertía en la sombra que nunca había tenido...

La Sombra del Viento... guerreros dispuestos a darlo todo por el honor y la protección de sus iguales; dispuestos a llegar a los confines del mundo bajo la protección de sus brisas o sus huracanes.

By Janis.

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